Frente a estos tiempos convulsos de desorden moral, zozobra y desesperanza como en el que nos encontramos, merece la pena rescatar el optimismo del famoso escritor inglés G.K. Chesterton, hombre adelantado a su tiempo que sabía mejor que nadie ver lo extraordinario en lo cotidiano, tratando de promover el sentido común como el modo más acertado de alcanzar la consecución de la virtud humana y la búsqueda de la verdad. En su defensa de la vida, la familia y la correcta educación de los hijos decía lo siguiente: «El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es en una oficina ni en un comercio ni en una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia».