«Durante siglos, el silencio nos ha acompañado en la contemplación de la naturaleza, en el recogimiento ante las alegrías y las penas, en el disfrute de las representaciones artísticas y musicales. Hoy en día, todo lo que es privado se mira con sospecha y vergüenza, como si fuera un vicio solitario. ¿Cómo visitar un museo en medio de un murmullo incesante, incluido el de los móviles a todo volumen que deberían ilustrarnos lo que no somos capaces de ver por nosotros mismos?»