«El ser o no ser feliz tiene una importante dosis de voluntarismo. El interiorizar el deseo de felicidad y racionalizarlo depende mucho de nosotros. Efectivamente. hay situaciones o circunstancias que pueden dar un tinte penoso a nuestras vidas, pero si logramos dar un empujón a nuestro ánimo y pensar positivamente sin centrarnos en lo negativo es muy probable que salgamos de la llanura y lleguemos a la cima vital»